Esos agarrones de pelo cuando te desesperas, esos nudos que se hacen dolorosos, esas respiraciones hondas que te relajan y secan tus lágrimas.
Sé que estás cansado de la vida, créeme cuando te digo que sé lo que es eso. Todos hemos pasado por ahí. Maduramos, y aprendemos a sufrir, y sufrimos, y nos cansamos de la vida, de ser fuertes, de aguantar.
Cada mañana te levantas con el pie izquierdo, y te tropiezas con el derecho. Ni siquiera lloras, porque estás seco, e incluso le rezas a un dios al que ni siquiera crees.
El hecho de sufrir nos hace cobardes y egoístas, nos negamos a pedir ayuda, y si nos la ofrecen, la negamos rotundamente. Todos hemos pasado por ahí, yo he pasado por ahí. Sé que te cierras en banda, yo lo hice, y todavía sigo así. Pero eso no me impide quererte y querer luchar por ti, si tú no lo haces. Si no te hablo es porque estoy enfadada contigo, sí, pero no me importa. Nos queda toda una vida por delante, y mucho más.
Porque en este verano he conseguido algo muy loco, y sé que nunca me olvidaré, básicamente porque nunca nos separaremos. Te he conseguido a ti. Y si hace falta removeré cielo y tierra para que seas feliz.
Porque yo nunca ganaría este juego sin ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario