Look at the stars, look how they shine for you.

¿Sabes? Hay momentos en la vida, instantes, segundos, en los que las palabras se van de tu boca, desaparecen, es como si te quitaran el aire y no te dejaran expulsar un simple sonido. Las palabras también vuelan de tus manos, y no te permiten escribirle unos simples versos a la persona más grande de tu vida. Por una parte, odio esos momentos, normalmente siempre tengo la palabra perfecta en la punta de la lengua, preparada para saltar, y cuando sucede eso, entro en shock. Por otra, adoro esos momentos, porque significa que esa persona es tan sumamente importante para ti que te quedas sin aire para felicitarla en su día especial del año.
¿Esa persona? Veamos...la conozco desde hace dos añitos, más o menos, aunque en realidad, sé que las dos pensamos que fuimos separadas al nacer, pero eso son pensamientos que no se dicen por palabras, sino a traves de una mirada, una sonrisa, un "pase lo que pase".
Siempre me acuerdo de aquel momento sentadas en un váter y un taburete, y sé que fue ahí cuando todo cobró sentido, cuando se encendió la bombilla, cuando el botón hizo click...cuando conocí realmente a mi otra costilla. Sí, nos dijimos frases preciosas, pero no fue eso, fue una mirada, unas palabras que cantaban sinceridad y verdad cuando salían de nuestras bocas, fue un verde y un azul conectados, fueron unos colores que pasaron a ser para siempre Rubio Platino. Todas esas pequeñas cosas, a ti, mi querido lector, te parecerán una tontería, pero si tú estás leyendo esto, sé que lo entenderás a la perfección y verás como te quiero un poquito más cada día, sé que mi hipocondriaca favorita estará sacando, en estos instantes, mi sonrisa favorita.
La verdad es que no tengo ningún regalo ni sorpresa, no tengo nada, solo mis palabras, mi amor, y mi promesa de estar a tu lado siempre, pero no tengo ningún regalo material. Es más, tengo que pedirte algo: cuando sea una estrella del Rock, sube al escenario y recuérdame que te debo una canción por tu 17 cumpleaños.
No estoy triste por no estar a tu lado este día tan importante, porque este día lo celebraremos dentro de unos meses, entre unas turbulencias 12'.
Porque te quiero, porque te odio, porque sin ti no puedo estar.
Felicidades mi pequeña estrella polar.

And after all, you're my wonderwall.

Secrets.

Nacemos para sufrir, esa es mi conclusión. No importa por y para qué, pero sufrimos, ya sea por un persona poco lista, para ser finos, o por sueños rotos, o por la pérdida de personas irremplazables. Sea como sea, sufrimos.
Esta conclusión me lleva a la pregunta, por qué. Los religiosos dicen que un dios nos castiga, por pecadores. Otros dicen que es Karma, si haces algo mal, recibes lo mismo. Los ateos dicen que la vida, simplemente, es mala. Pero todo esto sigue sin darme una respuesta.Por qué, por qué, por qué es todo tan oscuro y terrible.
En mi opinión, nunca llegaremos a tener una respuesta exacta, pero, ¿eso significa que tenemos que dejar de amar, de relacionarnos con gente, de no tener sueños? No, por supuesto que no.
Como dijo Gandhi: todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero has de hacerlo. Y aunque te equivoques, caigas, ruedes, te hundas, te arrastres, hagas lo que hagas, pase lo que pase, debes levantarte y luchar por lo que es tuyo, si pierdes, vuelve hacerlo, hasta que encuentres un mínimo de felicidad. Porque, aunque parezca duro, cariño, estás aquí para luchar.