Every feeling, every word, i’ve imagined it all. You never know if you never try to forgive your past and simply be mine.

viernes, 27 de abril de 2012

And it was all yellow.

Hay días en los que te paras a pensar, miras atrás y recuerdas el pasado por el que morirías para cambiarlo, pero que has tenido que aceptar. Piensas todo lo que has vivido, y con tan pocos años de experiencia, te das cuenta de que has vivido mucho, tienes recuerdos inolvidables, dolores desgarrables, risas contagiosas, lo tienes todo. Pero luego, miras hacia delante, y cierras los ojos: ¿cuál es mi destino? Las personas piensan que cada uno elige su destino, dependiendo de las decisiones que tome en la vida. Como se diría coloquialmente, yo ya tengo las cartas echadas. Esa hipótesis no es completamente incorrecta, sí, dependiendo de las decisiones que tomes, acabarás de una forma u otra, pero acabarás en el sitio que te corresponde. Porque hagamos lo que hagamos, aunque intentemos cambiar lo que somos, finalmente acabaremos en el lugar al que pertenecemos. Todo tiene su fecha de caducidad, y nosotros no vamos a ser una excepción.
Otra cosa muy distinta es cómo acabaremos. Todo el mundo ansía ese final feliz. Un final que nadie acaba alcanzando.
¿No existe?
En mi opinión, sí existen los finales felices, pero el ser humano es demasiado avaricioso como para ver su propia felicidad, porque siempre deseará más.
Y pasará por encima de cualquiera para conseguir esa felicidad que ya tiene, pero que es invisible, no para sus ojos, sino para su corazón.